Primero me corté el pelo bastante corto, pensando que con eso sería suficiente. No fue así. Veía pelos caer en todas partes: almohada, el gorro que llevaba, los hombros... Pensé que no merecía la pena tener tan poco pelo para estar limpiando los que se caían. Ahí fue donde decidí raparme.
Te dejo con el video del momento en el que me rapé ⬇
¿Qué te ha parecido el video? Siempre puedes contarme cualquier cosa en mi e-mail: hola@raquelaldavero.com o contestando al mail donde recibiste la Guía.
Pues después de raparme tomé una decisión: ya que no podía tener el pelo que quería (el mío), iba a llevar el que me apeteciera (el de las diferentes pelucas que me compré). Según lo que me apeteciera, o la ropa que llevara, o mi estado de ánimo o lo que fuera, me pondría la peluca que quisiera.
En mi Guía tienes enlaces a sitios tanto físicos como tiendas online para comprar pelucas.
Te explico también la diferencia entre las pelucas sintéticas y las de pelo natural para que puedas elegir lo que prefieres.
Todos los derechos reservados
Raquel Aldavero