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El pode de elegir las preguntas correctas para transformar tu vida
Por Raquel Aldavero Rodriguez 15 de noviembre de 2024
Cuando recibí la noticia de que tenía cáncer, mi mundo se paralizó. Una pregunta se instaló en mi mente como un bucle interminable: ¿Por qué no me lo detectaron antes? Era inevitable, pero también inútil. Pronto me di cuenta de que esa pregunta no me estaba ayudando. No ofrecía respuestas útiles ni contribuía a mi recuperación. Fue entonces cuando me hice otra pregunta: ¿Esta pregunta me sirve para curarme? La respuesta fue clara: no . Decidí aparcar esa pregunta y centrarme en otra más útil: ¿Qué puedo hacer ahora mismo para ayudar a mi cuerpo y colaborar con la medicina en mi recuperación? Ese simple cambio lo transformó todo. Dejé de gastar energía en pensamientos improductivos y comencé a enfocarme en acciones que sí estaban bajo mi control: seguir las indicaciones médicas, cuidar mi alimentación y trabajar en mi bienestar emocional. Las Preguntas que Frenan Nuestra Mente Esta experiencia me enseñó algo que comparto en mi libro Renacer en mi otro cuerpo : nuestras preguntas moldean nuestra realidad. Cuando nos quedamos atrapados en cuestiones que no tienen solución, desperdiciamos nuestra energía mental y emocional. El problema no es preguntarse "por qué", sino quedarse en bucles que no aportan claridad. Si queremos avanzar, necesitamos redirigir nuestra mente hacia preguntas que nos permitan actuar y crecer. Identifica y Cambia Tus Preguntas Uno de los primeros pasos para entrenar tu mente es aprender a identificar las preguntas que no te sirven. Aquí tienes algunas claves: ¿Esta pregunta me lleva a una solución? Si no es así, cámbiala. ¿Está enfocada en el presente o en el pasado? Las preguntas útiles miran hacia adelante y te ayudan a actuar en el presente. ¿Me aporta claridad o más confusión? Si te sientes más perdido o frustrado, necesitas reformularla. Por ejemplo, en lugar de preguntar “¿Por qué me pasa esto a mí?” , prueba con “¿Qué puedo aprender de esta situación?” o “¿Cómo puedo avanzar desde aquí?” . Cómo Entrenar tu Mente para Avanzar Cambiar tus preguntas no es fácil, pero con práctica puedes entrenar tu mente para enfocarse en lo que realmente importa: Haz una pausa consciente. Identifica los pensamientos repetitivos que no te están ayudando. Sustituye preguntas negativas por positivas. Cambia el "por qué" por "qué puedo hacer". Escribe tus pensamientos. Ver tus preguntas en papel te ayudará a evaluar si son útiles o no. Sé amable contigo mismo. No se trata de reprimir tus emociones, sino de gestionarlas de manera que te impulsen hacia adelante. 
Por Raquel Aldavero Rodriguez 14 de noviembre de 2024
Descubre cómo transformar el dolor en fortaleza y superar los desafíos de la vida. Lecciones de resiliencia de alguien que enfrentó el cáncer y renació de su experiencia.
Guía Práctica para un Cambio de Perspectiva
Por Raquel Aldavero Rodriguez 13 de noviembre de 2024
Introducción ¿Te has encontrado alguna vez atrapado en pensamientos negativos sobre ti mismo? Esos momentos en los que una pequeña crítica interna se convierte en una cadena de juicios, afectando tu confianza y bienestar. Estos pensamientos suelen ser automáticos, pero la buena noticia es que podemos aprender a transformarlos en diálogos constructivos que impulsen nuestro crecimiento personal. En este artículo, descubrirás cómo cambiar el diálogo interno crítico por uno que te motive, mejore tu resiliencia y te permita avanzar con una mentalidad positiva. Este artículo está inspirado en parte de mi propio viaje de superación y resiliencia. En mi libro Renacer en mi otro cuerpo , comparto cómo enfrenté mis propios desafíos internos y descubrí herramientas para transformar mis pensamientos. Hoy quiero darte algunas de las claves que me ayudaron. ¿Por qué Aparece la Crítica Interna? La crítica interna es una parte normal del ser humano. Esta voz crítica nace como una respuesta a las experiencias, comentarios y condicionamientos que hemos vivido desde pequeños. Su intención es protegernos de los errores, pero cuando se vuelve constante y negativa, se convierte en una barrera que nos impide desarrollarnos plenamente. Algunos ejemplos comunes de crítica interna incluyen: "No soy suficientemente bueno." "Siempre hago las cosas mal." "Nunca seré capaz de lograr mis objetivos." Estas críticas nos desconectan de nuestra autoestima y nos hacen perder de vista nuestras fortalezas y habilidades. Para desarrollar resiliencia y bienestar, es fundamental aprender a cambiar este diálogo hacia uno más constructivo y compasivo. 1. Identifica tus Críticas Internas El primer paso para transformar cualquier pensamiento es reconocerlo. A menudo, nuestros pensamientos negativos aparecen de manera automática, y ni siquiera somos conscientes de ellos. Para empezar a transformarlos, practica la observación consciente : Dedica unos minutos al día a escribir tus pensamientos. ¿Hay alguna crítica repetitiva? Cuando surja un pensamiento crítico, intenta no reaccionar de inmediato. Solo observa y anótalo para reflexionar después. Al escribir estas críticas, ganarás una mayor perspectiva y te resultará más fácil analizarlas sin juzgarte. 2. Despersonaliza la Crítica La crítica interna a menudo tiene un tono personal que la hace más dañina. Cambia el lenguaje para suavizar el impacto de estas palabras. Por ejemplo: En lugar de decirte "Soy un fracaso", prueba a decir: "Esta vez no ha salido como esperaba". Cambia "Nunca podré" por "Hoy no ha funcionado, pero mañana será otra oportunidad". Despersonalizar la crítica te ayuda a separar tus pensamientos de tu identidad. Con el tiempo, esto te permitirá crear una versión más empática y objetiva de ti mismo. 3. Reformula la Crítica en Términos Positivos Cada crítica interna puede convertirse en una oportunidad de aprendizaje. Pregúntate cómo puedes reformular tus pensamientos para que sean útiles y constructivos : En lugar de "Siempre fallo en esto", intenta pensar: "¿Qué puedo aprender de esta situación para mejorar la próxima vez?" Si te dices "No soy lo suficientemente bueno", cámbialo por: "Estoy trabajando para mejorar y cada paso cuenta." Al cambiar el enfoque, tus críticas se convierten en herramientas de crecimiento en lugar de limitaciones. 4. Práctica de la Autocompasión La autocompasión es clave para transformar el diálogo interno. Cuando hablamos de autocompasión, nos referimos a tratarnos a nosotros mismos con el mismo cariño y comprensión que ofreceríamos a un amigo. Intenta esta práctica de autocompasión en tres pasos : Reconoce tus emociones : Acepta cómo te sientes sin juzgarte. Por ejemplo, “Me siento frustrado, y está bien sentirlo”. Recuerda la humanidad compartida : Todos experimentamos errores y fracasos; es parte de la condición humana. Háblate con amabilidad : En lugar de castigarte, ofrécele a tu voz interior palabras de aliento. "Estoy aprendiendo, y eso ya es un gran logro." Practicar la autocompasión reducirá la intensidad de la crítica interna y fomentará una relación más amable contigo mismo. "Si te interesa aprender más sobre cómo transformar pensamientos limitantes en herramientas de resiliencia, en Renacer en mi otro cuerpo profundizo en técnicas que me ayudaron en mi propio proceso. Pincha aquí para más información. " 5. Repite Afirmaciones Constructivas y Realistas Las afirmaciones son una herramienta poderosa para reprogramar la mente. La clave para que sean efectivas es que sean realistas y alineadas con tus valores. Algunas afirmaciones para reemplazar críticas internas comunes incluyen : "Estoy en constante aprendizaje, cada día doy lo mejor de mí." "Acepto mis errores como parte de mi crecimiento." "Soy capaz de superar los desafíos que enfrento." Incorpora estas afirmaciones en tu rutina diaria. Las puedes escribir, repetir en voz alta o usar como recordatorios en tu teléfono. Con el tiempo, verás que tu mente adopta estos pensamientos como parte de tu diálogo interno. 6. Busca el Apoyo de Otros para Cambiar la Perspectiva Compartir tus pensamientos con alguien de confianza puede ayudarte a ver tus críticas internas desde otro punto de vista. Al expresar tus pensamientos en voz alta, otros pueden ayudarte a detectar lo duro que puedes ser contigo mismo y ofrecerte una visión más equilibrada. Formas de apoyo : Conversa con amigos o familiares que te entiendan. Únete a grupos de apoyo de crecimiento personal o resiliencia. Si te resulta muy difícil, considera la posibilidad de trabajar con un terapeuta. Recibir apoyo te ayudará a cuestionar tus pensamientos negativos y encontrar una perspectiva más compasiva. ¿Quieres conocer más? Descarga los primeros capítulos de Renacer en mi otro cuerpo y adéntrate en una historia de superación que puede inspirarte a transformar tu vida.
31 de octubre de 2024
¡Hola lector/a! Esta semana hacía una encuesta en instagram para que mis seguidores eligieran la temática sobre la que preferían que les hablara: La trampa de identificarnos con lo que no somos La importancia de mantener la mente ocupada La importancia de poner límites en un proceso de cáncer Ganó la segunda opción: La importancia de mantener la mente ocupada y este tema no sólo sirve para el cáncer. Creo que sí te encuentras en una situación "complicada" o, en el caso de este vídeo, con algo en la cabeza que te preocupe en exceso, puedes aprovecharte de las conclusiones y/o experiencia propia de lo que cuento en el vídeo. Hay una cosa que me ha surgido de forma espontánea mientras grababa así que mira el vídeo hasta el final para saber de qué se trata. Te dejo con el video ganador.
Por Raquel Aldavero Rodriguez 15 de abril de 2024
La vida cambia mucho después de un cáncer, no sólo físicamente, sino también a nivel emocional, así como,en muchos casos, cambia también la percepción que tenemos de ella. Uno de vosotros me preguntaba el otro día cuales eran esas cosas a las que antes no daba importancia y ahora disfruto de ellas. He grabado este vídeo contándote cuales son y a qué nivel las veo diferentes. ¿Qué cosas son las que más valoras tú? Te dejo con esas 9 cosas en el video:
Por Raquel Aldavero Rodriguez 4 de marzo de 2024
¿En qué se basa que una persona sea fuerte? ¿Qué características debe tener?
Por Raquel Aldavero Rodriguez 11 de febrero de 2024
¿Cuál es el impacto del cáncer en el ámbito laboral del paciente?
Por Raquel Aldavero Rodriguez 27 de diciembre de 2023
No puedo evitar empatizar con todos aquellos que estéis inmersos en un proceso de cáncer justo ahora, en Navidades. El otro día alguien cercano me preguntaba qué le diría a ese paciente de cáncer de cara a esta época y eso hago en este vídeo. Pero no sólo a él, sino también a ese familiar de un paciente de cáncer, que también lo vive muy de cerca. Te dejo el vídeo, aprovechando para enviarte un fuerte abrazo cargado de ánimo, esperanza y paz, mucha paz ❤️
Por Raquel Aldavero Rodriguez 22 de octubre de 2023
Qué hacer cuando diagnostican cáncer a un ser querido
Por Raquel Aldavero Rodriguez 21 de julio de 2023
caida de pelo en el cancer y como llevar mejor nuestra nueva imagen
Por Raquel Aldavero 18 de diciembre de 2022
Esta es una de las preguntas recurrente en estas fechas, así que me he animado a incluirla en este blog. Aquí tienes algunas ideas que seguro que ese paciente de cáncer agradecerá:
Por Raquel Aldavero 18 de diciembre de 2022
El origen de este post ha sido la conversación que he tenido con una amiga. Verás: mi amiga pasó un cáncer de mama en 2018 y ahora, hará más o menos un mes, le han vuelto a decir que otra vez tiene cáncer. Esto es lo que se conoce como "recidiva". Te puedes imaginar cómo está ella... Si ya de por sí el diagnóstico de un cáncer nos produce un "shock", el confirmarnos pasado un tiempo (o no) que el cáncer sigue ahí, no deja de producirlo. En ese momento, si uno no discrimina pensamientos inútiles es muy posible que éstos terminen embotando nuestra mente e impidan que seamos capaces de pensar cosas más importantes y útiles para nosotros.  A mí también me pasó esto: mi mente me enviaba continuamente y en bucle la misma pregunta mientras los hechos se sucedían a mi alrededor sin darme tiempo a adaptarme a ellos.
Por Raquel Aldavero 20 de noviembre de 2022
Cuando termina el cáncer hay muchas otras cosas que comienzan y de las que nadie habla...
Por Raquel Aldavero 14 de noviembre de 2022
Todavía recuerdo el día que, a pesar del miedo, estaba deseando que me operaran para quitarme el insufrible dolor que tenía. Con esa operación se llevaban el tumor y así desaparecía el dolor y volvería a recuperar mi vida (o eso pensaba). El día anterior tuve que ir nuevamente a urgencias, como tantos otros días ese verano, mientras esperaba aquella operación. El dolor no me permitía dormir y no quería pasar por quirófano sin haber descansado. Me inyectaron algo por vena que, por fin, alivió mis síntomas, y esa noche pude dormir. A la mañana siguiente tenía que estar a las 8 en el hospital. Enseguida vinieron a buscarme para ir al quirófano. Sentada en la mesa de operaciones, aguantando la postura que me habían indicado para pincharme en la epidural, un enfermero se me acercó: - Hola Raquel. Soy David, amigo de tu amiga María. ¿Qué tal? - Hola David- dije a duras penas notando el dolor que comenzaba por mi espalda nada más notar el pinchazo - Me pillas en un mal momento. Disculpa que no me haya arreglado para conocerte. Es que me van a operar justo ahora- pensé, sin dar crédito a lo surrealista de poder estar conociendo a alguien en semejante situación. - Sólo quiero que sepas que voy a estar por aquí, por si necesitas algo. - Muchas gracias. Me van a dormir, no creo que me entere de nada (y eso espero), pero en fin, se agradece el ofrecimiento - volví a pensar unos segundos antes de quedarme dormida. Después de siete horas de operación, cuando despierto, descubro lo ocurrido: al abrirme, los médicos vieron que el cáncer había afectado a la vejiga y al recto y decidieron quitar ambos órganos y practicarme dos ostomías. Por si no lo sabes, una ostomía es una abertura que se realiza en la pared abdominal hacia donde se hace una derivación para que el cuerpo pueda eliminar sus desechos. Sobre la piel se coloca una bolsa para poder recoger los mismos ya que, a partir de ese momento, no hay control por parte de la persona. El día que descubrí dos ostomías en mi abdomen cuando me desperté en la UCI, el mundo se me vino encima. No daba crédito que eso me pudiera estar pasando. Dudaba si se trataba de un sueño fruto de tanta anestesia o era real lo que estaba viviendo. Me sentía derrotada. El cáncer había podido conmigo. Ahora estaría "muerta en vida". No quería saber nada de ostomías, ni de bolsas. Mi vida había terminado en ese quirófano. Las enfermeras me decían que había muchas personas que vivían así y que tenían una vida normal. Yo sólo pensaba que me lo decían para consolarme. No creía que nadie pudiera vivir de esa manera. Durante esos seis días que duró mi estancia en el hospital tras la operación, no quise saber nada de bolsas. Las enfermeras me preguntaban si quería que me enseñaban a tratar los estomas y yo siempre les decía que no. Mi respuesta cambió el día que mi ginecólogo me comunicó que en un par de días me daría el alta. En ese momento, nuevamente, mi mundo se me vino encima. No podía andar, no me podía levantar, tenía muchísimo dolor por todo el cuerpo y ¿me iba a dar el alta en dos días? Mi ginecólogo prefería que me recuperara en casa, así que su decisión era firme. Esa misma tarde pregunté a una enfermera sobre mis estomas. Me enseñó lo que tenía que hacer respecto de la colostomía (derivación del colon), pero nada hablamos sobre la urostomía (derivación de los uréteres). Mi sorpresa fue cuando a la mañana siguiente me estaban dando el alta. Así que, dolorida, sin apenas poder andar y sin saber cómo se manejaban los estomas, me fui a casa. La primera vez que me miré al espejo, viendo un cuerpo que no reconocía, las lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas. Todavía tenía por delante un tratamiento de quimioterapia, pues el cáncer volvía a aparecer en mi cuerpo, así que no podía seguir rechazando mis estomas y, como consecuencia, mis bolsas. ¿Quieres saber cómo cambié mi diálogo interno para aceptar lo ocurrido y enfrentarme de nuevo al cáncer? Te lo cue nto todo en mi nuevo libro, "Renacer en mi otro cuerpo" . Un fuerte abrazo, nos leemos en el siguiente artículo.
Por Raquel Aldavero 14 de noviembre de 2022
Que hacer cuando nos diagnostican un cáncer
Por Raquel Aldavero 4 de septiembre de 2022
¡Hola! Bienvenido de nuevo a mi blog. El otro día me dio por pensar qué consejos le daría a una persona a la que le acabaran de diagnosticar cáncer de cuello de útero y la verdad es que, después de dos años superando los retos a los que me ha sometido el cáncer, me costaba poder resumirlos sólo en 7, por lo que no te prometo que cumpla con el título de este artículo y que sólo te desvele esos siete. Empecemos... 1.- Mantén la CALMA . La palabra "cáncer" asusta mucho, pero no significa "muerte". Yo todavía recuerdo el día que me lo comunicaron. Estaba trabajando, en la oficina, y sonaba mi teléfono particular. Al otro lado, la ginecóloga que me había realizado la biopsia una semana antes. "Tienes cáncer", me dijo. Yo tuve que centrar mi atención en identificar exactamente quién era mi interlocutor y la gravedad del mensaje. Sólo me salió responder "vale, tengo cáncer. Y ahora, ¿qué tengo que hacer?"... Ahí comenzaba mi andadura de idas y venidas al hospital, pruebas, tratamientos, etc, pero ese no es el tema de este artículo. Todo lo que ocurrió después te lo cuento en mi libro "Cáncer de útero. Mi paréntesis vital". 2.- Confía en tu oncólogo . Cada cáncer es distinto, cada persona y cuerpo también. Él es el que mejor conoce tu caso. Pregúntale TODO lo que necesites saber y cuéntale lo que creas que él debe saber. Y si confías en lo que te dice, no te regales pensamientos negativos gratuitamente. 3.- La actitud positiva no cura el cáncer . No dejarán de decirte que debes mantenerla así, siempre positiva. No debes agobiarte con esto. No siempre se consigue y es normal. Esa actitud sólo hará que lleves toda la enfermedad de la mejor manera posible. Haz lo que puedas, cuando puedas. 4.- Encontrarás mucha gente que te hará comentarios poco acertados . Muchas veces sin mala intención. Es inevitable que te sienten mal. Recuerda: o los olvidas, o se lo haces saber a esa persona, o te amargas. 5.- También encontrarás muchas personas con ganas de ayudarte pero sin saber cómo hacerlo. Indícaselo. 6.- El estrés y los pensamientos negativos sólo harán que la enfermedad sea más dura. Aprende a relajarte, a tomarte las cosas y los diagnósticos con filosofía. Sé que no es fácil, pero no es imposible. De ti depende llevar todo esto de la mejor manera posible. Aprende a calmar tu mente. Si quieres, puedo ayudarte con el sencillo método que yo misma utilicé y que llevo practicando desde hace años. Puedes leerlo AQUI. 7.- Descansa y duerme bien . Eso ayudará a tu mente y cuerpo a lidiar mejor las batallas. 8.- ¿Ves? Te dije que no te prometía que sólo fueran 7 consejos... jejeje. Sigo: a veces el dolor es inevitable . Házselo saber cuanto antes a tu médico para que te recete los medicamentos necesarios para aliviarte. No te lo calles o aguantes. Nunca te darán la máxima dosis que pueden darte, el primer día. 9.- No es momento de ser "super woman" . Déjate querer y que te cuiden. Ahora te toca a ti, y pide ayuda cuando la necesites. Acude al psicooncólogo y/o apóyate con otras mujeres que han pasado por donde tú estás pasando ahora. Yo he creado un grupo de apoyo a mujeres con cáncer de cérvix, a través de Telegram. Contacta conmigo si quieres unirte. 10.- Y por último, Ten paciencia. Al final todo pasa, y esto también pasará . Muchas gracias por leerme, por estar al otro lado de la pantalla. Un fuerte abrazo, nos leemos en el siguiente artículo.
Por Raquel Aldavero 14 de agosto de 2022
¡Hola de nuevo querido lector/a! Anoche cené con 3 de mis mejores amigas y una de ellas me preguntó qué había de positivo en mi experiencia con el cáncer (si es que había algo). Evidentemente, si eres una persona positiva, siempre encuentras algo y yo encontré dos cosas. Una, sin pensar. Fue el primer pensamiento que me vino a la mente nada más formularme la pregunta; y otra, en el camino al baño 😆. Sin pensar le respondí: mi capacidad de reponerme a todas y cada una de las cosas a las que me he enfrentado durante estos dos años de cáncer. Se llama resiliencia 🔥 Todos somos más fuertes de lo que pensamos pero tendemos a decirnos "yo en su situación no podría esto o aquello" y muchas veces no es cierto. Sí podrías, sólo que no estás en esa situación. Somos más fuertes de lo que creemos. Mi segunda respuesta fue: lo positivo que me llevo es la cantidad de personas que han estado dispuestas a ayudarme y que lo han hecho. Toda esa gente que he tenido (y tengo) a mi alrededor, junto a mí, y cuya ayuda ha sido indispensable porque el ser humano necesitamos sentirnos queridos y que somos importantes para otras personas, y yo lo he sentido ❤️ Habría más cosas positivas que me llevo, pero mi amiga me preguntó por una y yo ya he contestado dos 😜 Como siempre, gracias por leerme, gracias por estar.
Por Raquel Aldavero 31 de julio de 2022
¡Hola querido lector/a! Este es el tercer video que tenía grabado y que forma parte de la encuesta que hice hace una semana. Era el que me faltaba por subir. Aquí está!!! Este NO es uno de los vídeos "al uso" que suelo subir. Si no fuera porque lo que cuento en él ya lo pensaba antes del cáncer, creería que me ha afectado la quimio 😜 Aviso: este vídeo NO es para todo el mundo!!: LA TRAMPA DE IDENTIFICARNOS CON LO QUE NO SOMOS. ¿Te resuena? Te dejo con el video donde te explico todo. Como siempre, gracias por leerme, gracias por estar.
Por Raquel Aldavero 28 de julio de 2022
¡Hola querido lector/a! Hoy quería hablarte sobre las técnicas que yo misma utilizo para ALEJAR LOS PENSAMIENTOS NEGATIVOS. Para los pacientes de cáncer es prácticamente inevitable que sintamos miedo ante la espera del resultado de una prueba. Como no seamos capaces de controlar nuestros pensamientos, podemos pasarnos los quince días de espera visualizando los peores escenarios posibles de lo que va a ocurrir. Esta gestión mental no es para nada sencilla (pero tampoco es imposible) y, después de haber hablado sobre este tema con varios pacientes, he decidido hacer un video donde te cuento en qué consisten las dos técnicas que utilizo para parar los pensamientos negativos. Estas dos técnicas son: - Validar los pensamientos - Sabotear a mi propia mente Las había utilizado anteriormente, en mi vida cotidiana, como ahora para temas de cáncer. Te dejo con el video donde te explico todo. Como siempre, gracias por leerme, gracias por estar.
Por Raquel Aldavero 11 de junio de 2022
¡Hola lector/a! Hoy quería hablarte sobre una de las típicas frases que nos dicen a los pacientes de cáncer, hay muchas, que recojo en la Guía para pacientes de cáncer y familiares , pero hoy voy a explicar una de ellas, cómo nos sentimos y cómo la procesamos. Es esa de: "con lo que tú ya tienes..." ¿Resulta acertada cuando la escuchamos los pacientes? La respuesta es "no". No nos educan ni nadie nos enseña estas cosas, por eso te lo voy a contar yo. Voy a explicarte bajo mi opinión y experiencia en qué se traduce para nosotros: El cáncer nos ha "parado" nuestra vida: trabajo, vida social, etc. Pasamos de repente de tener una vida ajetreada y llena de muchas cosas, a tener una vida que se reduce a ir al hospital, a los tratamientos, aguantar los síntomas, aprender sobre lo que tenemos, etc, etc. Es decir, nuestra vida se reduce a nuestra enfermedad. Llega un momento en que estamos hartos de hablar sólo de ella o bien nos negamos, como fue mi caso, a que nuestra vida se redujera únicamente al cáncer. Con estos antecedentes si me dicen que no me quieren contar algo porque "con lo que yo ya tengo...", me están relegando a seguir con mi reducción de vida a mi enfermedad, no me permiten que ellos sean mis ojos para poder salir de ella y "ver" otras cosas que, además, son la vida real, no esto que nos ha tocado vivir durante un tiempo. Sí es verdad que hay momentos en los que no tenemos ganas ni siquiera de hablar con nadie. Que lo único que queremos es estar solos. En esos momentos, evidentemente, no vamos a querer saber de nadie, pero justo en esos momentos no lo vamos a hacer. No vamos a quedar con nadie, seguiremos con nuestra reclusión voluntaria, y necesaria además. Sin embargo si quedamos con algún amigo es porque ya no estamos en esa fase, estamos algo mejor, salimos de nuestra soledad y es en ese momento cuando empezamos a querer saber del resto del mundo, y de la vida que hemos dejado a un lado. Por eso en esos momentos, queremos sentirnos que somos algo más que la enfermedad. Que ante todo seguimos siendo las mismas personas que éramos y que si antes servíamos de apoyo o consejo a algún amigo, esa cualidad no la hemos perdido y podemos seguir aportando nuestro granito de arena. Incluso, o tal vez, la experiencia del cáncer nos ha enseñado algo que puede servir a la persona que nos está contando su preocupación. Puede que podamos orientarle incluso mejor que antes porque toda esta experiencia os aseguro que supone un Master de Vida. Soy consciente de que la persona lo hace con toda su buena intención. Supone que yo llevo una carga muy grande y no quiere agravarla, o piensa que lo suyo es minúsculo al lado de lo mío. Y probablemente lo sea, pero cada uno tenemos nuestra preocupación, más o menos grande, no importa, el caso es que la hay. Y si esa persona es mi amigo y tiene una preocupación, a mí también me preocupa, sin importar la intensidad del problema. Entiendo perfectamente la intención, pero no es lo más acertado. Mi recomendación y deseo es que esa persona me deje decidir a mí si quiero que me cuente su preocupación o no. Que sea yo quien decida si estoy en condiciones de escucharla o no lo estoy. Es tan sencillo (y a la vez tan difícil) como decirnos: "Estoy preocupado. ¿Estas en condiciones o te apetece que te lo cuente por qué?". Y ahí seré yo la que le diré si lo estoy o no. Decidiré yo. Gracias por leer hasta aquí y por tener interés en conocer más acerca de los sentimientos de los pacientes de cáncer. Nos vemos en el próximo post. Tal vez te guste ver mi respuesta a esta temática en vídeo. Aquí te la dejo:
Por Raquel Aldavero 3 de junio de 2022
¡Hola compañer@ de batallas, amigos, lectores o, en definitiva, todo el mundo que está vivo! Esta frase podría dar lugar a mucho debate: ¿se está vivo únicamente por respirar o "estar vivo" supone poder interactuar con la vida, sentir, decidir, ilusionarse, llorar, reir, enfadarse, etc etc etc... Bueno, ese debate tal vez tenga su turno en algún momento. Pues como decía en el título: hoy es mi cumpleaños. Eso significa que hoy hace 46 años que tanto mi madre como yo (seguramente yo más) éramos el centro de atención por haber nacido yo, por haber venido a esta vida a vivir, sentir, decidir, ilusionarme, llorar, enfadarme, sufrir, etc, etc, etc Yo no soy de las de ir haciendo balance de la vida cada vez que llega una fecha concreta. Yo siempre he sido de ir haciendo balance a medida que la vida me iba sucediendo. Tenía mucho interés en conocerme, en saber cómo y por qué reacciono a determinadas cosas, saber cómo pienso, cómo siento... lo que viene siendo el autoconocimiento; así que desde más o menos mi adolescencia -que yo recuerde- leía todos los libros que caían en mis manos sobre desarrollo personal y autoayuda (para los muy jóvenes -yo ya me siento "viejuna" por lo que acabo de decir- les recuerdo que antes no había internet). Así que, como venía diciendo, aunque hoy sea mi cumpleaños, me hace ilusión pero para mí no es un día especial para reflexionar, igual que tampoco lo es Nochevieja, ni lo será el día que terminé la quimioterapia o el día de la operación que me salvó la vida. Para mí, son simplemente "fechas" que no determinan nada en especial. No voy a estar toda mi vida recordando fechas que no me traen buenos recuerdos. Lo haría en todo caso con las que me los traen buenos, pero nunca he sido de fechas y no creo que eso cambie ahora. Sé que poco, o más bien nada, he hablado sobre esa operación. Creo que todavía no es el momento. Sé que llegará. Yo nunca había pensado en la muerte. Durante todo mi proceso, la muerte no había formado parte de ninguno de mis pensamientos (mejor para mí, menos sufrimiento). Ni tampoco se me pasó por la mente cuando me operaron el verano de 2021. Yo tenía dolores fortísimos en la pelvis. Me impedían sentarme, andar, pensar, comer, y conciliar el sueño por la propia intensidad del dolor mismo, entre otras cosas más. En otra situación hubiera sentido miedo por aquella operación pero en este caso estaba deseando que llegara el día para dejar de sufrir por el dolor. Fueron siete horas de operación. Los médicos, al abrirme, se encontraron con sorpresas que tuvieron que ver cómo las sorteaban, y yo me desperté en unas condiciones no muy favorables. No me podía mover, me dolía todo, mis piernas no me respondían, por supuesto que no me podía levantar ni andar (y más cosas). Por muchos motivos experimenté sentimientos encontrados que tuve que gestionar. Necesitaba asimilar todo lo ocurrido, necesitaba tiempo... Dicen que el tiempo todo lo cura. Yo no estoy tan de acuerdo. Yo creo que el tiempo te da objetividad sobre determinadas cosas y esa objetividad muchas veces ayuda a que tú veas las cosas de determinada manera, diferente a la que traías, y ese nuevo enfoque hace que tengas unos sentimientos positivos en vez de negativos y es lo que llamamos "curación", pero no es el tiempo el que saca la varita mágica sino tu objetividad sobre un tema en concreto. En otros casos la persona tiene que hacer "algo" para curarse. Hay personas que pretenden que el simple paso del tiempo haga que las cosas se recoloquen como ellos querrían, y eso, la mayoría de las veces, no funciona así. Pienso que somos nosotros los que tenemos que actuar, y hay muchas personas que viven en el lado del "miedo" y se quedan bloqueadas, no son capaces de actuar, y ahí pueden quedarse casi eternamente confiando en el tiempo, cual Penélope en el Muelle de San Juan (¿Conoces la canción? Vuelvo a sentirme viejuna, jajajaj). Todo es respetable y si ya antes era así por mi parte, hoy en día, y con mayor motivo, no me atrevo a juzgar a nadie. Hay personas que se llevan las manos a la cabeza cuando alguien desea morir. Yo, hoy por hoy, después de mi experiencia con el cáncer, lo entiendo completamente, lo respeto e incluso lo apoyo. Nos educan para que pensemos que la vida está por encima de todo, y ¡ojo! no estoy diciendo lo contrario. Sólo cuestiono: ¿a cualquier precio? Para mí no. Por eso respeto al que quiere finalizar su aprendizaje aquí. Al que está cansado de malvivir/sufrir. Yo no soy quien para juzgar a nadie. Ninguno estamos en posesión de la verdad absoluta. Por eso, ¿para qué hacer balance en una fecha determinada? ¿Por qué recordar fechas "negativas"? Yo prefiero pasar las páginas del libro de mi vida sin detenerme especialmente en ninguna. Todo lo que vivo son experiencias que van llenando esas páginas de mi libro y, con ello, llenándome a mí de nuevos y jugosos aprendizajes. Así que hoy es mi cumpleaños. ¡¡Me he autoregalado algo y eso sí que me ha hecho ilusión!! Os voy a dejar el video más abajo por si queréis ver mis regalitos. De momento el blog no permite que me contestéis por aquí (ya se lo he dicho a los del soporte informático), pero sí me encantaría que lo hiciérais en Instagram (por lo menos para felicitarme, no? jejejej). Así que si has llegado aquí a través de instagram, por favor, vuelve allí y déjame un comentario. Gracias por leer hasta aquí. Justo son las 0:00 del 3 de Junio de 2022 así que ya es, oficialmente, mi cumpleaños. Me encanta la vida, me encanta vivir, me encanta vivirla. ¡Feliz VIDA!
Por Raquel Aldavero 1 de junio de 2022
¡Hola lector/a! Hoy quería dar respuesta a una pregunta que me han hecho en privado, a través de Instagram, y que me ha parecido útil que el resto de las personas conociera. Un familiar de un paciente de cáncer, concretamente la hija de una paciente de cáncer, me pedía un consejo para poder aliviar el sufrimiento que tenía su madre como consecuencia del mismo. Su sufrimiento venía dado por el intenso dolor que tenía en su cuerpo. Este dolor, me contaba, hacía que muchas veces se viniera abajo a nivel emocional y ella sufría mucho también de verla y de no poder hacer nada. Todo eso me recordó a cuando yo estaba esperando ser operada. Fue en el verano de 2021. Empecé a tener fuertes dolores en la zona pélvica. Cada vez eran mayores, hasta el punto de dificultarme el andar y llegó un momento en que tampoco podía dormir. Esa operación me daba miedo, pero era tan sumamente intenso el dolor, que estaba contando los días para ser operada. La medicación que me habían mandado en la Unidad del Dolor no era suficiente y yo aguantaba los días como podía. En toda esta vivencia con el cáncer y con todo el dolor que éste me ha provocado, he podido comprobar que es lo más duro y difícil que se puede vivir. Te mina tanto física como mentalmente. Llega un momento en que ese dolor es tannnn grande que, por lo menos en mi caso, me impedía pensar. Mentalmente es muy duro porque ese dolor físico, continuo y tan intenso, hace difícil enfocar la mente en otra cosa que no sea el propio dolor. Sé que es muy habitual que los familiares y las personas que están a nuestro alrededor intenten con todas sus fuerzas poder aliviar nuestro sufrimiento y, con ello, aliviar el suyo también. Por otra parte sé que la mayoría de las personas tratan de decirnos "algo" que nos pueda aliviar, pero en la mayoría de los casos consiguen todo lo contrario porque en estos casos, no hay frase que pueda aliviar lo que sentimos, lo que nos duele. En muchos casos, es mejor el silencio que una frase inapropiada. La persona que está a nuestro lado debe aprender a diferenciar entre "acompañar y consolar". El papel de esa persona cercana NO es el de consolar. De todo esto hablo en mi Guía gratuita para pacientes de cáncer y familiares. A la pregunta que me hicieron: "un consejo para poder aliviar el dolor físico y el sufrimiento emocional de su madre" tuve que contestarle, muy a mi pesar, que no había nada que ella pudiera hacer. Que en estos caso no hay frase adecuada para poder aliviarla. ¡Ojalá existiera! A mí me encantaría tenerla porque he vivido (y todavía aún vivo) procesos de mucho dolor físico y resulta muy duro. Lo único que se puede hacer es hablar con los médicos para que, en caso de ser posible, receten medicamentos que puedan aliviar el dolor físico. Gracias por leer hasta aquí. Nos vemos en el próximo post. Tal vez te guste ver mi respuesta en vídeo. Aquí te la dejo:
Emociones al despertar
Por Raquel Aldavero 9 de mayo de 2022
¡Hola de nuevo! Esta mañana, al despertarme, ha ocurrido algo que me ha emocionado. Si bien es cierto que siempre he sido muy sensible, con el paso de los años y las experiencias, uno se va haciendo "más fuerte" y menos sensiblero; pero el cáncer me ha devuelto esa sensibilidad y ahora me emociono por cosas que antes no, y también lo hago muy fácilmente (cosa que no me importa, salvo que me haya dado Rimel, que estoy deseando poder volver a hacerlo y que éste me manche el ojo porque eso significará que vuelvo a tener pestañas!!). Como decía, esta mañana, nada más despertarme, he cogido mi móvil, he abierto Instagram y me encuentro con un carrusel de historias de una amiga mía. La foto, una que nos hicimos el sábado pasado y en la que me veo horrible. El escenario: nada del otro mundo, es donde fuimos a cenar este sábado (cenamos bien, eso sí). Y, lo más importante: la inmortalización de ese momento, por todos los que no hemos tenido durante algo más de 20 años. La gente me dice que estoy muy bien, que no se me notan nada los efectos del cáncer (evidentemente si voy con mi peluca de pelo rizado), pero yo no me veo así. Total, como tampoco puedo hacer mucho más, pues ahí quedó la foto para la posteridad. Me queda pensar que cuando me recupere del todo veré esa foto (y alguna que otra más) y diré: "y me decíais que estaba bien, eh? Mentirosillos... Ahora sí estoy bien"... jajaja. Aída y yo nos conocimos en nuestra adolescencia. Fuimos muy buenas amigas, de esas que todos los días quedan para verse, pasan mucho tiempo juntas y se cuentan sus confidencias. Hoy en día yo no veo a los chavales con el nivel de amistad que nosotros teníamos entonces. Hay algo que se ha perdido, pero no me voy a enrollar con eso, que no es tema de este post. Decía que la vida nos llevó por distintos caminos cuando terminamos nuestras carreras y nunca más volvimos a vernos. Un día, alguien me escribe por instagram desde una cuenta de costura. Después de alguna pregunta me dice que es ella y yo automáticamente la reconozco (en mi vida he vuelto a conocer a nadie que se llame Aída, más que a ella). ¡No podía creerlo! Tampoco sé cómo instagram le llevó hasta mí pero ahí estaba y, por todo lo que publico, sabía que estaba inmersa en un proceso de cáncer. Comenzamos a hablar (ya me pasó su cuenta personal) y comentamos la posibilidad de volver a vernos, después de tantos años. Yo he tardado bastante en poder volver a quedar con amigos. Aunque a día de hoy (9/5/22) el cáncer no está, me ha dejado una gran secuela en forma de ciática en la pierna izquierda, que me impide hacer muchas cosas. Me tuvo como un mes en cama . He ido mejorando gracias a medicación e infiltraciones, pero tampoco como para poder hacer una "vida normal" (espero que "todavía"). Un buen día volvimos a vernos. Fue muy emocionante. Ambas nos reconocimos como si "no hubiéramos cambiado nada". Tomamos algo, nos pusimos al día... y este sábado pasado volvimos a quedar. ¿Me dolía la pierna? Sí, pero no era "impeditivo". Siempre estoy con dolor, lo que varía es la intensidad del mismo por lo que, si no es muy intenso, hago el plan que sea. Salimos a cenar a un sitio que ninguna conocía. Cuando me tuve que levantar para ir al baño empecé a notar un intenso dolor que me dificultó mucho poder llegar al mismo. Al rato decidimos volver a casa. Ahí el dolor era mayor. Por fin llegué a mi habitación, no sin antes subir las insufribles escaleras que me separan de ella y cuando pude tumbarme en la cama, respiré de alivio. Tumbada es la única postura en la que no me duele la pierna (¡pero no voy a vivir tumbada!). En fin, retomando con lo que venía contando, durante estos casi dos años que llevo con el cáncer han reaparecido en mi vida personas de mi adolescencia. Personas que fueron muy importantes en esos momentos e incluso me atrevería a decir que de cierta manera la marcaron. Esas personas que reaparecen como por arte de magia empiezan nuevamente a ocupar un sitio en mi nueva vida de 20 años después, convirtiéndose nuevamente en "importantes". Creo que el cáncer hace una criba en la vida de uno similar a la que suele ocurrir cuando te divorcias. Hay personas que se van y otras que vuelven. Y todo eso está bien. Todo es perfecto y, además, es lo que tiene que ser. Durante mi primer tratamiento ocurrió lo mismo. Fueron mis amigos (algunos de esta etapa de mi vida y otros de los que "reaparecieron") los que me llevaban diariamente al hospital a recibir la radioterapia y la quimioterapia. Para mí, eso fue muy importante, me ayudó mucho a llevar la situación lo mejor posible. No es lo mismo ir con tus familiares, a que te lleve una amigo/a al hospital. Incluso había veces que me olvidaba de donde íbamos y el motivo por el cual lo hacíamos. No me voy a extender en esto porque forma parte de lo que cuento en mi segundo libro " Cáncer de útero. Mi paréntesis vital" . Pero solamente puedo decir que me siento afortunada por el hecho de que todos ellos, de alguna u otra forma, hayan formado parte de mi curación y bienestar (tanto físico como emocional). Me nutrieron y ahora yo puedo nutrir a otros que deben transitar por donde yo lo hice. Todos estamos conectados. Aída ha aparecido en mi tercer combate. Me nutre con su presencia, conversaciones y apoyo. Siempre bienvenida esa ayuda que, a su vez me sirve a mí de aprendizaje para recordarme que por muy fuerte que uno sea, siempre va a haber una situación donde la vida te ponga de rodillas y tú te des cuenta de lo pequeñito que eres. Todos necesitamos a los demás porque los unos nos nutrimos de los otros. "¡Lección aprendida, Vida!" Os dejo con la dedicatoria de mi amiga que tanto me ha emocionado esta mañana. ¡Un beso!
¿Morimos el día que está marcado?
Por Raquel Aldavero Rodriguez 30 de abril de 2022
¡Hola! Me alegra verte de nuevo por aquí. Espero que estés bien. Yo estoy bastante fastidiada con el dolor de la pierna. No sé si es porque cuando me encuentro bien, comienzo a hacer cosas y le meto demasiada caña o porque la infiltración que me hicieron cuando estuve ingresada no ha funcionado, espero que sea lo primero. Hoy te quería hablar sobre la muerte repentina de la mujer del Dr. Cabrera, que nos hizo reflexionar a mi madre y a mí sobre la vida. Esta señora se atragantó con un trozo de zanahoria y por mucho que lo intentaron, no consiguieron salvarla. Esto hizo que pensáramos si es que cada uno tenemos nuestro momento para irnos y da igual quien haya alrededor y lo que hagamos: es nuestro momento y todo termina para nosotros... La verdad es que casos así hacen pensar que es así. Hubo una frase que dijo el doctor y que comparto plenamente: a los días del fallecimiento de su mujer acudió al programa donde colaboraba y allí le agradecían que lo hubiera hecho. Él respondió que el agradecimiento era de él hacia el programa porque en esos momentos necesitaba rodearse de gente y tener la mente ocupada. Esto de tener la mente ocupada lo he vivido durante todo el cáncer. Creo que esa "lucha" de la que todo el mundo nos habla a los pacientes de cáncer es una lucha contra nosotros mismos, contra nuestra propia mente. En mi opinión, no somos conscientes de que si nosotros no dominamos los pensamientos que nuestra mente nos manda, pensamos que somos nosotros los que "los tenemos", cuando en realidad no es así, sino que es la propia mente la que los manda, como si tuviera vida propia. Normalmente son negativos y si no los controlamos, nos pueden hundir en situaciones difíciles como puede ser el fallecimiento de un ser querido, como le ha pasado al doctor Cabrera, o un cáncer o cualquier otra enfermedad grave. Por eso siempre digo que esto es una lucha contra nuestra propia mente, en la que yo me he visto en más de una ocasión. Aquí te cuento uno de esos momentos y lo que hice . Evidentemente hay una lucha "física" también porque hay que soportar mucho dolor físico. Éste te machaca tanto a nivel físico como a nivel mental, porque llega un momento en que es muy difícil pensar. (Puedes ver este post en video)
Por Raquel Aldavero Rodriguez 21 de abril de 2022
Llevo año y medio experimentando el cáncer. Lo externo: los tratamientos, los efectos secundarios, las eternas pruebas, los innumerables pinchazos en las venas, el dolor en todo el cuerpo, el no poder andar, el necesitar ayuda para cualquier cosa... es incontable. También experimentando lo interno: el miedo, la incertidumbre, el enfado, la rabia, la ira, la desconfianza... con el paso del tiempo y gestión emocional: la aceptación, el control mental, el desapego, aprender a soltar, quererme cada vez más, valorar mi fortaleza, valorar y admirar la de mi cuerpo a pesar de todo lo que ya lleva encima... Casi desde el principio, en cuanto acepté lo que me estaba pasando , me vino a la mente la asociación entre mi Yo y mi Cuerpo . Empecé a vernos como un equipo que debía unirse para soportar mejor lo que inevitablemente teníamos que pasar. Ya desde mi primer tratamiento, cuando salieron las heridas en mis nalgas debido a la radioterapia, empecé a hablar con mi cuerpo. " Vamos, aguanta un poco. Sé que duele, pero es temporal. ¡Esto pasará. Aguanta por favor! " Como por arte de magia el dolor disminuía. Parecía que mi cuerpo me escuchaba y decidía unirse a mi equipo. Yo (mente) me propuse llevar el timón, dirigir lo que había que hacer, dirigir a mi cuerpo, indicarle también lo que él tenía que hacer, para ello debía tener una mente bien enfocada en objetivos . Mi cuerpo, por su parte, seguía mis instrucciones, se dejaba llevar, parecía que me escuchaba -y hoy creo firmemente que lo hacía/hace-. Ha perdido casi 8 kilos (ya he recuperado 3). Lo veía tan desvalido, casi sin poder mantenerse de pie, sin poder andar... Entonces volvía a hablar con él, ya que una parte de mí (mi Yo de antes) me pedía "darle caña", trabajarlo, andar aunque no pudiera, a pesar del inmenso dolor y el cansancio... pero otra parte de mí, una nueva parte de mí (mi Yo de ahora) me decía que no era el momento, que le escuchara, que también tenía que aprender a escuchar sus necesidades. En esos momentos paraba mi mente, mis pensamientos, y simplemente observaba mi cuerpo, mis sensaciones, todo lo que me dolía, mis pocas fuerzas, y mi Yo de ahora empezaba a entender que no era momento de forzar situaciones, que mi cuerpo debía recuperarse, que no merecía la pena forzarlo a andar hoy, ya lo haría mañana, no había prisa. Me miraba en el espejo y lo observaba, tan delgado -aunque esto era lo que menos me preocupaba. Sin apenas poder andar, menos peso tenía que desplazar y sabía que coger peso era una cuestión de tiempo-. En esos momentos lo abrazaba, abrazaba mi cuerpo frente al espejo, con los ojos cerrados, sólo sintiéndome y le decía: " ¡Eres perfecto! Muchas gracias por aguantar tanto. Muchas gracias por estar llevando todo esto tan bien. Gracias por haber querido formar equipo conmigo. ¡Lo vamos a conseguir! Eres magnífico y te quiero mucho. Todo esto es temporal. Lo superaremos ". Y así permanecía un rato, lo que mis piernas aguantaban frente al espejo, hablando y abrazando mi cuerpo. Hace años, en algún lugar escuché que las células de nuestro cuerpo pueden "oir" lo que les decimos y responden a ello. ¿Verdad? ¿Mentira? ¡Qué más da! A mí me ayuda/ba y alivia/ba hacer esto. Me siento bien y noto que mi cuerpo responde así que, el resto me da igual... A veces perdemos demasiado tiempo en cuestionar en vez de probar, creer y confiar. Creo que nuestro Ego se siente más "importante" si lo hacemos. No vamos a entenderlo todo, no podemos pretender entenderlo todo, pero es que para que funcione, no es necesario que lo entendamos.
Por Raquel Aldavero Rodriguez 18 de abril de 2022
Bueno, pues he leído que le pasa a otras compis de cáncer también, no soy la única y como en tantas otras cosas, alivia saber que no es algo aislado, sino que parece "común" a personas que pasamos por lo mismo. Ya me pasó cuando terminé el primer tratamiento, lo cuento en mi libro : tantos días sin salir de casa, sólo saliendo para ir al hospital que, cuando lo terminé, era como si "me faltara algo". Me costaba mucho salir de casa, arreglarme, hacer algún plan que no fuera recibir tratamiento... Ya veis, de locos 😱. Yo lo denominé en su día como si fuera una especie de "Síndrome de Estocolmo". En esta ocasión, con el tratamiento también terminado, aunque no pudiendo andar todavía bien del todo, ni sentarme mucho rato, también estaba notado que me estaba pasando lo mismo. Salir me suponía un esfuerzo no solamente físico (me dolía el cuerpo, me costaba vestirme yo sola con el todavía existente dolor ciático), sino también mental. Debía hacer un doble esfuerzo para vencer ambos y salir de casa, pero estaba dispuesta a hacerlo. Se lo comenté a Jaime y le dije que "tenía que obligarme a salir". Que aunque me costara hacer todo lo que he comentado, tenía que hacerlo. Esto es como cuando uno tiene miedo o vergüenza a algo: la única forma de vencerlo es "haciéndolo", pues yo igual. Así que hoy (16/04/2022) que hace tan buen tiempo era un buen día y Jaime enseguida me ha dicho "nos vamos a tomar algo". Aún con ese dolor de cuerpo, preparé unos pantalones que no había estrenado. Me he pintado un poquito (todavía no tengo pestañas y me veo rarísima, pero he hecho lo que he podido), he cogido mi famoso cojín para poder sentarme en las sillas tan duras que hay en todas partes, me he puesto mi peluca de pelo rizado (la de mi propio pelo), y allá que nos hemos ido a tomar el aperitivo. He notado que mis piernas han perdido mucha fuerza, mucha masa muscular. Necesito ejercitarlas, así que me he propuesto hacer el esfuerzo de salir a andar 💪 Mucho tiempo no podré pero confío en que poco a poco vaya a más. Espero que disfrutéis vuestra Semana Santa. Yo he disfrutado mucho hoy del aperitivo y me siento orgullosa conmigo misma por haber vencido mi "Síndrome de Estocolmo". Le agradezco mucho a mi compañero de batallas todo lo que hace por mí, lo que me facilita las cosas, y todo lo que está suponiendo tenerle durante toda esta experiencia con el cáncer. Así vestida y con mi peluca de mi pelo, cualquiera diría todo lo que he pasado, ¿verdad? No se nota nada! 😊 (puedes ver más en mi cuenta de instagram ) Un besote ❤️❤️
Por Raquel Aldavero Rodriguez 14 de abril de 2022
El otro día hablaba con otra compi de cáncer a la que le han dicho que su cáncer se ha reproducido. No lo está llevando nada bien (lógico), y me hablaba del giro de 180° que había sufrido su vida desde que estaba con el cáncer: no se reconocía en el espejo, me decía que antes era guapa, era una mujer moderna agradable, ejecutiva y lo tenía todo. Qué no reconocía todo lo que le había pasado y sentía mucha rabia y no se veía capaz de seguir luchando. Que la fortaleza que siempre le había caracterizado parecía que se había difuminado... La conversación fue larga y aquí no voy a tocar todos los puntos que tratamos pero os contaré algo que he aprendido con todo esto y que le dije. Es verdad que el cáncer se lleva muchas cosas de nosotros, y al final nos sale más rentable "aprender a perderlas" porque nada podemos hacer por conservarlas. Quizás el esfuerzo más grande que tenemos que hacer (aparte de soportar los efectos secundarios del tratamiento) sea mantener una mente firme que nos ayude a llevar todo esto lo mejor posible. Yo le recordaba que todo esto que se ha llevado es temporal y que ella sigue siendo ella, que no se identificara con su belleza exterior, con su profesión o con lo que había conseguido a nivel material. Que todo eso no la define, todo eso NO ES ella, solo son "adornos". Que ella es mucho más que esos adornos externos. Que Ella seguía siendo ELLA. Y lo que realmente es, cómo persona, sigue estando ahí, nadie se lo ha llevado (ni pueden llevárselo) y es lo que ahora mismo tiene y es a lo que tiene que aferrarse. Le pedía que tuviera paciencia porque todo eso que ahora añora y que no está, volverá a estar, pero que debía tener paciencia y esa mente firme que le recordara la temporalidad de todo lo negativo en lo que ahora se fija y piensa que ha perdido, en vez de enfocarse en lo que realmente ES como persona, que nadie le puede arrebatar y que sigue estando ahí. Lo que SOMOS nunca nadie ni nada nos lo puede quitar. Nuestros "identificadores" externos sí van y vienen y no podemos permitir que si nos despojan de ellos no sepamos quienes somos (aunque en un primer momento sea inevitable hacerlo). Es muy duro, muy difícil vivir todo esto y hacer todo este esfuerzo mientras luchas por tu vida, pero sí se puede. Sólo hay que enfocar la mente en lo verdaderamente importante, y no permitir que se vaya a lo temporal y superfluo que ahora se ha ido por el cáncer. ************************************************ Estás son parte de mis reflexiones con todo lo que estoy viviendo. Espero que se entienda el mensaje. Si me lo podéis confirmar, os lo agradezco. ************************************************ Que disfrutéis de vuestra Semana Santa. Un beso a todos! (Yo estoy algo mejor, ya os contaré. Estoy deseando salir en video para hacerlo)❤️ ¿Tienes que hacer un regalo? ¿Quieres autoregalarte algo que te encantará? Pincha aquí.
Por Raquel Aldavero Rodriguez 14 de abril de 2022
Ayer, por un descuido tonto, me tomé dos pastillas en vez de una, de uno de los medicamentos que tomo para el dolor. Durante toda la mañana me notaba somnolienta, adormecida, pero muy bien, sin dolor, pude levantarme (por cierto, pude ducharme por fin). Después de comer fui a echarme la siesta y nada más apoyar la cabeza en la almohada me pasa un flash por la mente donde puede verme a mi misma tomando el doble de ¡opiáceos!. Automáticamente “pin”- ojos como platos y desvelada completamente. Decido leer el prospecto a ver qué tengo que hacer. Desenrollo ese pedazo de papel que cabe en una cajita pero desenvuelto sirve como toalla de baño. Busco los efectos adversos donde, entre otras cosas, pone que puedo quedarme dormida y no despertar (o algo así). Me remite a buscar donde pone “qué hacer en caso de sobredosis” punto 3. Doy vueltas a la toalla de baño, no lo encuentro, desenrollo más, me fijo bien. El punto 3 está después del 2, no puede tener mucha pérdida. ¡Por fin lo encuentro! Indica que si puedo primero contacte con mi médico – no puedo porque hoy no tiene consulta hoy. Que acuda a mi farmacéutico en segundo lugar – llamo a la farmacia y pregunto por la chica con la que tengo confianza. No ha llegado todavía… Tercera opción: que llame a un teléfono que indica el propio prospecto. Eso hago. Explico lo ocurrido y me preguntan, entre otras cosas, si tengo alucinaciones... Después de todo el sufrimiento que tenía hasta llegar ahí me salió una sonrisa, porque si después de todo lo que llevo pasado, sólo me falta ver elefantes amarillos volando por el techo de mi habitación, eso sería lo menos grave para mí, jajajaja. Le digo que no, que somnolencia todo el día, le quita importancia al tema, me indica lo que debo hacer y ¡chimpún! Todo mi sufrimiento se desvaneció en cinco minutos de llamada. Ahora sí, toda la tarde despierta por si lo del prospecto era verdad y ya no me despertaba. Ha funcionado, es el día siguiente y estoy escribiendo esto. Estoy viva, jajaja ¡Feliz Miércoles! Gracias por leer hasta aquí. ¿Te resuena todo esto que te cuento? ¿Te resulta difícil controlar tu mente, tus pensamientos? ¿Qué opinas de todo esto? Un beso!
Por Raquel Aldavero Rodriguez 14 de abril de 2022
¿Cómo veo yo la mente? Como un caballo desbocado, muy fuerte, muy potente, pero que necesita adiestramiento para que no nos arrastre con toda esa fuerza que tiene. Ese adiestramiento se lo tenemos que dar nosotros. Si nos identificamos con nuestra mente, todo esto nos sonará a chino y pensaremos que nosotros somos los dueños de nuestros pensamientos, pero no es así. Es ese caballo desbocado el que nos "dicta" lo que pensamos y nos trae locos con un sinfín de pensamientos, en la mayoría, negativos; y sobre todo, ante situaciones difíciles. Yo llevo no sé cuántos días sin poder salir de la cama, literalmente. El dolor de ciática que tengo, debido a la inflamación que me provoca la quimioterapia, hace que donde antes había tumor pinzando el nervio, ahora haya inflamación. A veces he pensado que si me preguntaran con qué asociaría el cáncer, mi respuesta sería: con "dolor". Dolor tanto emocional pero sobre todo, en mi caso, físico. Nunca había sido tan consciente de todo el dolor que un cuerpo puede aguantar. Muchas veces hablo con mi cuerpo y le doy las gracias por aguantar todo lo que está aguantando. Otras veces le pido que lo haga, que trabajaremos en equipo... Lo malo del dolor es que, aparte de limitante a nivel físico, puede llegar a serlo a nivel mental (a mí me ha pasado). Ahora estoy con una medicación muy muy fuerte, ajustando la dosis, para ir reduciéndolo. Mientras tanto, mi cama está siendo el lugar donde paso los días, donde consigo que ese dolor, aunque nunca desaparece del todo, sea el mínimo posible que pueda sentir. ¿Y qué pasa con ese caballo-mente desbocado? Pues pienso que si no lo tuviera entrenado, me hubiera vuelto loca estando así durante todos los días que llevo en cama. He aprendido a ser yo la que maneje esos pensamientos, la que no le permita a mi mente pensar libremente lo que le dé la gana, a cuestionarle la veracidad de los pensamientos que muchas veces me ha mandado, a decirle que sí podía un poquito más cuando ella me decía que estaba agotada... en definitiva, a ser yo la que decida en qué pensar. Durante todos estos días en cama, le he dado un "anzuelo" en qué entretenerse para tenerla enfocada en otra cosa que no fuera el dolor, el tener que estar en cama, en el "pobrecita de mí..." y todas esas cosas. Mando yo, así que, dejé salir mi parte creativa y le di ese anzuelo, que picó y gracias a eso me he mantenido entretenida y estoy llevando mejor el hecho de no poder moverme. El cuerpo (mi parte creativa) me pedía salir así que lo aproveché para tener a la parte racional ocupada. Os dejo esta creación en este enlace . Creación que me ha permitido mantener la mente ocupada, sin volverme loca, tantos días mirando al techo. Todo esto es para mí "el arte de enfocar la mente". Gracias por leer hasta aquí. ¿Te resuena todo esto que te cuento? ¿Te resulta difícil controlar tu mente, tus pensamientos? ¿Qué opinas de todo esto? Un beso!
Por Raquel Aldavero Rodriguez 28 de enero de 2022
Cómo ACEPTAR soluciona los problemas y evita sufrimiento El otro día me comentaban en mi canal de instagram (@raquelaldavero) que estaría bien hablar sobre cómo hice para aceptar mi diagnóstico de cáncer de cérvix, ya que me estaban escribiendo personas que no aceptaban el suyo. Para mí aceptar mi enfermedad fue muy liberador , me quité una carga de encima y me permitió que el cáncer no fuera el ombligo de mi vida mientras lo eliminaba de mi cuerpo. Aprender a aceptar me ha ayudado en otras áreas de mi vida también: amistades, parejas, jefes, trabajos... Considero que es algo muy valioso en nuestra vida, aunque no se trate de tener que aceptar una enfermedad. Sirve para cualquier situación que nos produce dolor y sufrimiento . Espero que os sirva saber cómo lo hice yo y si tenéis dudas o comentarios me lo escribáis ahí abajo 😊 Feliz fin de semana a todos!!!! ❤️❤️❤️
Por Raquel Aldavero Rodriguez 20 de enero de 2022
¡¡Hola!! Ayer una mujer, en mi canal de instagram, me preguntaba si yo me había sentido culpable al haber tenido un cáncer de cérvix. Esta pregunta ya me la habían hecho otras mujeres por privado, algunas realmente afectadas por el diagnóstico y con mucha culpabilidad sobre sus espaldas. Por ese motivo, decidí contestar a través de un video donde daba mi opinión al respecto. Considero que esa "culpabilidad" está muy relacionada con nuestras creencias sobre el sexo. Nos inculcan, sobre todo a las mujeres, que es algo sucio, malo, negativo, prohibido... El cáncer de cérvix, normalmente se produce debido al virus del papiloma humano (VPH), siendo éste a su vez una enfermedad de transmisión sexual. Así que si unimos nuestras creencias negativas sobre el sexo al hecho de contagiarnos de algo malo por haberlo practicado, tenemos los ingredientes perfectos para entender ese sentimiento tan duro y, en mi opinión, tan desacertado. Existe mucha falta de información respecto del VPH. En mi época se nos educaba a las niñas respecto al sexo en el sentido de que tuviéramos miedo a un embarazo no deseado, pero nada respecto de enfermedades de transmisión sexual. Es cierto que existe mucha falta de información. Muchas personas no saben que te puedes contagiar del VPH: Sólo con una única pareja sexual. Aunque uses preservativo. Aunque todos los años te salgan bien tus revisiones ginecológicas. Aunque no lo sepas, puedes estar contagiado desde hace años. Toda esta falta de información hace que las personas prejuzguen, sin saber, a otras. En este video te cuento más extensamente todo esto.
Debemos aceptar la ayuda de los demás
Por Raquel Aldavero Rodriguez 19 de junio de 2021
¡¡Hola!! Hoy te cuento mi opinión, después de mi experiencia con un cáncer, sobre el aceptar ayuda de los demás. La respuesta parece obvia pero hay muchos matices: ¿debemos poner límites? ¿anticiparnos? ¿cualquier tipo de ayuda es válida? etc, etc. Recuerda que puedes verlo en video pinchando aquí abajo, así como en audio pinchando más abajo en la plataforma que prefieras. Puedes suscribirte a mi canal y la aplicación te avisará cada vez que suba un audio nuevo. Déjame tu opinión al respecto en los comentarios :)
Por Raquel Aldavero Rodriguez 8 de junio de 2021
¡¡Hola!! Hoy reflexionaba con una amiga sobre los beneficios (o no) de normalizar lo que nos pasa, independientemente de su gravedad. ¿Debemos hacerlo? ¿Qué sentimos si lo hacemos?. Recuerda que puedes verlo en video pinchando aquí abajo, así como en audio pinchando más abajo en la plataforma que prefieras. Puedes suscribirte a mi canal y la aplicación te avisará cada vez que suba un audio nuevo. Leo tu opinión al respecto en los comentarios :)
somatizar enfermedades
Por Raquel Aldavero Rodriguez 4 de junio de 2021
El cuerpo nos avisa, muchas veces a través de las enfermedades, de que algo a nivel emocional no está bien. Mila Torró ayuda a mujeres para que aprendan a escuchar su cuerpo y trabaja con ellas en su curación. En esta entrevista, Mila Torró @circulo_afrodita de Círculo Afrodita, nos habla sobre todo este trabajo que realiza, en qué consiste y qué herramientas utiliza.
gestionar emociones
Por Raquel Aldavero Rodriguez 23 de mayo de 2021
Vivir en un mundo en el que no haya malas noticias sería vivir en un cuento irreal. Es inevitable recibir malas noticias. De nosotros depende cómo las encajamos y lo que podemos hacer al respecto. Te cuento cómo lo hice yo.
Por Raquel Aldavero Rodriguez 16 de mayo de 2021
Muchas veces la incertidumbre de lo que va a pasar hace que nos anticipemos y nos imaginemos la realidad de una forma más exagerada de lo que de verdad es. La imaginación nos desborda. La mente nos intenta proteger a través del miedo y nuestro cuerpo es una montaña rusa emocional. ¿Cómo podemos hacer para que nuestra mente no nos traicione? Te cuento cómo lo hice yo.
que es la psiconeuroinmunologia
Por Raquel Aldavero Rodriguez 10 de mayo de 2021
Qué es la psiconeuroinmunología. Aquí tenemos el placer de contar con una especialista en psiconeuroinmunologia o PNI que nos va a explicar cómo ...
Por Raquel Aldavero Rodriguez 10 de mayo de 2021
Aceptar una situación desagradable va en contra de nuestros instintos. No obstante es la actitud más inteligente para afrontar dicha situación. Esto no significa que se esté de acuerdo, pero sí nos sitúa en una posición óptima para poder enfrentarla. En este mini vídeo te cuento cómo lo hice yo cuando me diagnosticaron el cáncer. Si lees/escuchas esto, y tú también tienes alguna pregunta relacionada con mi experiencia, mándamela por mensaje privado o déjala en los comentarios del video y te responderé lo antes posible.
Por Raquel Aldavero Rodriguez 10 de mayo de 2021
Cuando te diagnostican un cáncer (o cualquier otra enfermedad grave), tu mundo se viene abajo. Pasamos por las mismas fases de duelo que pasa una persona que ha perdido un ser querido. Lo importante es saber qué está ocurriendo en nuestro cuerpo, pero también muy importante, en nuestra mente (cómo va a reaccionar, como piensa, qué hará para protegerte, etc), para poder trabajar sobre ambos. A mi me ayudó, entre otras cosas, escribir un libro , ya que hizo que sacara de dentro todo lo que pensaba, sentía y además, posteriormente, me di cuenta que mi proceso podía ayudar a otras personas a superar situaciones difíciles. Entre otras cosas, así afronté yo mi recuperación del cáncer, y eso es lo que vengo a contarte en esta entrevista, que puedes ver en formato vídeo o audio. Si te gusta, te estaría muy agradecida que compartieras este post, el video y/o audio con tus conocidos para ayudar a que pueda llegar a otras personas. También puedes suscribirte a mi canal de Youtube y de podcast. ¡Muchas gracias!
como controlar los pensamientos
Por Raquel Aldavero Rodriguez 7 de mayo de 2021
Aprenderás de qué forma controlar tu mente y tus pensamientos para poder afrontar situaciones dificiles.
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